
¿Milagro en Colombia? Aparece el rostro del Papa Francisco en la piel de un pescado
En Puerto Belén, un pequeño corregimiento ubicado en la costa Caribe en el sur de Córdoba, un fenómeno insólito ha sorprendido a los habitantes: un rostro que recuerda al difunto papa Francisco apareció en la piel de un pescado.
La historia comenzó una mañana como cualquier otra, cuando el popular pescador: El 'Mono' Quintero, salió temprano a lanzar su atarraya en el río San Jorge. Entre su pesca, atrapó un pescado de buen tamaño. Todo parecía normal hasta que, al llegar a casa y comenzar a limpiar el pescado, su esposa no observó nada extraño. Fue su hija quien, al tomar una foto para compartirla en WhatsApp, descubrió la peculiar imagen en la piel del pez.
Al pasar el tiempo y examinar con más atención la imagen, la familia Quintero descubrió un sorprendente detalle: en la piel del pescado aparecía lo que parecía un rostro humano. Los miembros de la familia coincidieron en que los rasgos se asemejaban a los del fallecido papa Francisco.
En cuestión de horas, la imagen se difundió rápidamente a través de grupos locales de WhatsApp y redes sociales. Los vecinos no tardaron en acudir a la casa del pescador para ver por sí mismos lo que pronto fue bautizado como "el pescado del Papa". Mientras algunos lo ven como un mensaje espiritual, otros lo consideran simplemente una curiosa coincidencia visual.
La controversia entre los que creen y los escépticos no ha hecho más que aumentar la fascinación por el fenómeno. Incluso algunos fieles se presentaron con velas y rosarios, creando en la casa de los Quintero un pequeño altar improvisado.
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Desde el ámbito científico, este fenómeno tiene una explicación: se conoce como pareidolia, un proceso psicológico en el que el cerebro percibe patrones familiares, como rostros, en imágenes ambiguas. Según los expertos, esta habilidad tiene una base evolutiva, ya que poder identificar rápidamente rostros fue fundamental para la supervivencia de nuestros ancestros.
“Es común que veamos caras en objetos cotidianos, como nubes o árboles, e incluso en las texturas de los alimentos. Nuestro cerebro está programado para reconocer patrones”, comentó un psicólogo consultado por un diario nacional.
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A pesar de las explicaciones científicas, el suceso ha mantenido su carga simbólica para muchos en Puerto Belén. En una comunidad marcada por desafíos sociales y económicos, eventos como este alimentan la esperanza y fomentan el diálogo entre los vecinos. "Sea una señal o no, ese pescado nos quiso transmitir algo", afirmó una residente.
Por su parte, la dorada se conserva cuidadosamente en una hielera en la casa de los Quintero, quienes han decidido no venderla ni consumirla. Algunos habitantes han sugerido que el pez podría ser llevado a una iglesia para ser evaluado por autoridades eclesiásticas, aunque hasta ahora no se ha emitido un pronunciamiento oficial desde la diócesis.
Más allá de las interpretaciones sobre su origen, el “pescado del Papa” se ha convertido en una narración que fusiona fe, cultura y ciencia, demostrando cómo un descubrimiento aparentemente simple puede despertar una avalancha de emociones y reflexiones dentro de una comunidad.