Víctor Julio Velásquez Rodríguez, ganadero de 70 años .
Piden a sus captores que le suministren los medicamentos y suplementos que requiere para tratar sus afecciones.
La familia de Víctor Julio Velásquez Rodríguez, un ganadero de 70 años secuestrado el pasado 4 de diciembre en su finca en Curumaní, Cesar, enfrenta días de incertidumbre y temor por el estado de salud del adulto mayor. Más allá del sufrimiento por su ausencia, sus seres queridos están profundamente preocupados por las condiciones en las que pueda encontrarse, dado que necesita medicamentos esenciales para tratar afecciones crónicas.
El secuestro ocurrió mientras Velásquez realizaba sus labores diarias en el corral de su finca, Los Corazones. Según testigos, hombres armados ingresaron al predio, lo identificaron como el propietario y, tras someterlo, lo obligaron a abandonar el lugar en su propio vehículo. El Renault 12 fue hallado más tarde abandonado a las afueras del municipio, dejando pocas pistas sobre el paradero del ganadero.
“Mi papá tiene 70 años y necesita sus medicamentos. Sin ellos, su salud puede deteriorarse rápidamente. Nosotros solo pedimos que lo cuiden, que le suministren lo que necesita para estar estable mientras lo tenemos de vuelta”, expresó Wilfredo Velásquez, uno de sus hijos.
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Entre los medicamentos que requiere, están la Prednisona, el Fenalgex y suplementos nutricionales como Nutrilite Double y Gordy Gold, que son fundamentales para su tratamiento. Sin acceso a estos, la familia teme que la condición del ganadero empeore, agravando aún más su situación.
“Él es un hombre trabajador, dedicado a su familia y al campo. Siempre ha sido fuerte, pero ahora no sabemos cómo está ni si tiene lo que necesita para resistir esta situación. Es una tortura no saber nada”, agregó Wilfredo.
La familia Velásquez ha hecho un llamado público a quienes lo tienen en cautiverio para que respeten su vida y le brinden las condiciones necesarias para mantener su salud mientras permanece retenido. Asimismo, piden a las autoridades intensificar los esfuerzos para lograr su pronta liberación.
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“Solo queremos que regrese a casa sano y salvo. Mi papá es un hombre de bien, y queremos que esta pesadilla termine pronto. Por favor, cuídenlo”, concluyó Wilfredo, visiblemente afectado por la situación.
La comunidad de Curumaní también ha manifestado su solidaridad con la familia y su rechazo absoluto a este hecho, que ha golpeado el corazón de la región.
