Café del Mar en Cartagena
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3 Sep 2024 11:22 PM

Desalojo de Café del Mar: más detalles sobre el arrendamiento del baluarte de Santo Domingo

Ruby
Villarreal Julio
Más de una década duro el proceso contra el establecimiento por inconsistencias en el arrendamiento.

La Oficina de Espacio Público y la Secretaría del Interior realizaron operativo de desalojo al restaurante bar Café del Mar, ubicado sobre el baluarte de Santo Domingo, en cumplimiento a una sentencia de la Sección Tercera del Consejo de Estado, en defensa de los derechos colectivos al patrimonio público y a la defensa del patrimonio cultural de la Nación.

En dicha sentencia se decidió la terminación y liquidación del contrato de arrendamiento a Café del Mar, ubicado sobre el baluarte, y se ordenó a la Escuela Taller Cartagena de Indias que adopte todas las medidas necesarias para la restitución del bien.

Como explicación a la motivación legal para dicha decisión, el Consejo expuso que este negocio vulneró desde hace años los derechos colectivos al goce del espacio público y la utilización y defensa de los bienes de uso público; también habrían afectado la defensa del patrimonio cultural e histórico.

Para el Consejo de Estado, un contrato de arrendamiento no era la modalidad correcta para entregar el baluarte a un privado, pues definen que este es un espacio de interés cultural que no puede ser exclusivo. En cuanto al aprovechamiento económico, la alta corte indicó que debe hacerse a través de mecanismos que permitan el uso público y el libre tránsito de las personas.

Con respecto a esto, el Consejo de Estado definió un fallo de segunda instancia en el 2022, que determinaba el uso de los 2.539,20 m2 del baluarte de Santo Domingo, de estos, 2.010 m2 le fueron entregados al particular para su uso comercial.

Para este espacio, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi determinó que su valor económico es de $29.200.800.000, lo que significaría un valor de $11.500.000 millones por m2.

Con esta precisión catastral, el Distrito, a través de la Escuela Taller, le informó en 2015 a la sociedad Café del Mar que debía pagar $150.247.500 millones mensuales. El 13 de agosto de 2019, el Tribunal Administrativo de Bolívar fue decidido en primera instancia, declarándose como vulnerados los derechos colectivos a la moralidad administrativa, el goce del espacio público, la utilización y defensa de los bienes de uso público y la defensa del patrimonio público.

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Café del Mar apeló este fallo

El 21 de noviembre de 2022, el Consejo de Estado profirió su fallo de segunda instancia donde reiteró lo decidido por el Tribunal. Para la alta corte, lo expuesto muestra que el bien fue entregado casi en su totalidad al arrendatario, y además denota la ausencia de respaldos técnicos y financieros que permitan determinar por qué el precio original se fijó en la suma de $5.028.093, indicando un desfase en el cálculo del precio.

En 2024, antes del desalojo, Café del Mar pagaba un arriendo de $13.952.031 mensuales en un baluarte que, según la justicia, debe ser alquilado por más valor tal como se mencionó anteriormente.

Ante esto, la Escuela Taller ha solicitado en varias oportunidades la restitución del inmueble a la sociedad Café del Mar S.A.S, sin que fuese posible acordar los términos de la entrega voluntaria del baluarte Santo Domingo.

El pasado 26 de febrero, la Escuela finalizó de manera unilateral el contrato mediante acto administrativo y el Distrito comenzó la planificación del operativo realizado el día lunes, 2 de septiembre.

Tras el desalojo, y para dar cumplimiento a establecer medidas económicas que garanticen las actividades de conservación, restauración, mantenimiento, divulgación y puesta en valor de los BIC, la entidad encargada planteó la alternativa de una licitación pública para escoger un particular con idoneidad y fortaleza financiera que opere el baluarte como un bien de uso público.

Sin embargo, este proceso se declaró desierto ante la falta de propuestas con la respectiva solvencia económica, y el deseo de la administración distrital de convertirlo en un lugar ameno y familiar, que sucedió tras un previo consenso con el Ministerio de Cultura sobre el nuevo uso público del espacio, al ser un baluarte en comodato (préstamo de uso).

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