Cardique avanza proceso de instalación de estufas ecológicas en La Línea y Montes de María
La Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique) avanza en un 60% en la instalación de 810 estufas ecológicas y la restauración de 405 hectáreas de bosque seco tropical en Santa Rosa, Villanueva, San Estanislao de Kotska y El Carmen de Bolívar. De acuerdo con el director de Cardique, Ángelo Bacci Hernández, se continúa a buen ritmo la instalación de las estufas ecológicas y la siembra de especies de la flora nativa.
“Este proyecto que adelanta Cardique busca recuperar las coberturas forestales nativas que se han perdido en la región por diferentes procesos antrópicos y crecimiento poblacional. Usamos como estrategia la entrega de estufas para lograr la reforestación de 405 hectáreas más en la jurisdicción. Cada beneficiario de las estufas amigables con el medio ambiente debe establecer una reforestación en sus predios en un área de media hectárea con las recomendaciones, capacitaciones e insumos suministrados por la corporación”, indicó.
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Con la siembra de especies arbóreas nativas se busca preservar y mantener el bosque seco tropical en la jurisdicción, lo que contribuye a la mitigación del cambio climático, reduciendo los gases efecto invernadero.
Con estas siembras, Cardique sigue recuperando zonas degradadas producto de la deforestación en su jurisdicción, con programas que van de la mano de lo social, en donde se acompañan de estrategias de educación ambiental a las familias beneficiadas dándole a conocer de la importancia de sembrar. “Con este programa de estufas ecológicas también se contribuye a la disminución de infecciones respiratorias y mejora la calidad de vida de muchas familias cambiando de la popular “hornilla” a una estufa práctica, eficiente y amigable con el medio ambiente. Seguiremos trabajando hacia un territorio resiliente y más sostenible”, dijo.
Para Sara Guzmán, mujer campesina de la zona rural de San Estanislao de Kotska-Arenal, la estufa ecológica ha sido una gran bendición porque el humo que produce la poca leña que ahora utilizan para cocinar los alimentos se va por una chimenea y ya no lo inhalan, por lo que las familias están respirando una mejor calidad de aire. “Ya no me arden los ojos y puedo realizar las labores diarias con más calma porque el humo no se siente”, dijo.