Alcaldía de Cartagena responde a cuestionamientos por la elección de Edurbe para la demolición del edificio Aquarela

 Desde el 19 de febrero, la Empresa de Desarrollo Urbano de Bolívar S.A. (Edurbe) formó el contrato con el que llevarán a cabo la demolición del polémico edificio Aquarela en Cartagena y que tendrá un plazo de ejecución de seis meses.

Esta decisión tomó por sorpresa a la ciudadanía, por lo que con el pasar de los días la pregunta de "¿por qué Edurbe?", hacía cada vez más eco. Ante esta situación, la Alcaldía de Cartagena respondió a la ciudadanía múltiples dudas.

Según la Alcaldía la elección de esta empresa se debe a que, "la administración aspira a que Edurbe renazca y recupere su importancia y propósito original después de años de problemas gerenciales. Se busca que Edurbe se convierta en un motor de desarrollo urbano y social para la ciudad".

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Igualmente, Fanny Guerrero Maya, gerente de Edurbe, explicó algunos detalles relacionados con presupuestos, interventoría y la misma empresa en general.

"¿Por qué cuesta 11 mil millones desmontar Aquarela? El costo está asociado a un método constructivo y sostenible que garantiza la gestión eficiente de los escombros y la seguridad de la obra y los trabajadores. Además, se preservará el paisaje y se minimizarán los impactos ambientales y en las propiedades circundantes", manifestó Guerrero Maya.

Igualmente, aseguró que el proyecto contará con un equipo especializado de la Secretaría de Infraestructura para supervisar su ejecución, el cual estará activo desde el inicio de la obra el miércoles 28 de febrero.

Asimismo, aclaró que Edurbe es una empresa pública encargada del desarrollo urbano en Cartagena, con la misión de contribuir al progreso y sostenibilidad de la ciudad.

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Polémica de Aquarela 

La demolición de Aquarela se ha convertido en una de las prioridades de la administración, puesto que, estas obras van salvaguardar el patrimonio cultural e histórico de la ciudad.

La controversia en torno a la construcción de Aquarela llevó a que la UNESCO la identificara como una amenaza para la designación de Cartagena como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. Esta distinción conlleva una serie de beneficios económicos, turísticos, sociales y culturales, posicionando a la ciudad como un destino internacional.