Después del partido de preparación que Junior sostuvo con Estudiantes de Mérida, el timonel de Junior, César Farías, lanzó una perlita frente a los comunicadores: “Junior fichó a la altura de un equipo grande”.
Esta consideración particular del orientador del equipo ‘Rojiblanco’ deja en claro que los fichajes de esta temporada están a la altura de los requerimientos tanto del DT y de la junta directiva. Sin embargo, esta no es la opinión generalizada de la hinchada y de la crítica especializada.
La impresión latente es que los futbolistas sumados en esta oportunidad carecen de renombre y están lejos de ser atrayentes para la afición, acostumbrada a ver en la plantilla del equipo ‘Tiburón’ a jugadores de cartel y colorido que mueven el torniquete, caso Carlos El Pibe Valderrama, Giovanni Hernández, Yimmi Chará, Juan Fernado Quintero y Miguel Ángel Borja, entre otros.
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Después de la fallida operación de don Fuad Char para vincular a James Rodríguez, la afición quedó a la espera del Plan B u otra gestión para contratar a un futbolista de relieve pero, parece ser, que esto no va a suceder, por lo tanto, muchos están desencantados y con los crespos hechos.
La Data, la medida específica que sirve como base para las contrataciones de Farías, determinó las contrataciones de tres defensores centrales: Daniel Rivera, José Cuenú y el paraguayo Javier Báez. Un centrocampista de funciones mixtas: Harold Rivera y un delantero: el paraguayo Guillermo Paiva. Además, se repatrió al extremo Deiver Caicedo.
Esas vinculaciones y el anexo de los canteranos, más la base del año anterior, compone una plantilla que se espera responda en medio de las exigencias de las competencias que se avecinan. Mele, Didier, Enamorado y Bacca, componen la columna vertebral de este Junior que, antes de rodar la pelota, genera una elevada incertidumbre.
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