Si continúan las amenazas, nos tocará irnos del territorio: habitantes de El Salado
El recuerdo de los cadáveres que fueron hallados en el corregimiento de El Salado, las imágenes de las torturas y decapitaciones que se registraron en la iglesia del pueblo, y en la cancha de futbol, el pasado mes de febrero del año 2000, permanecen guardadas después de 21 años en la memoria de los habitantes de esa población.
Con más de 100 latidos por minuto en su corazón, Lilieth Ester Torres Sáenz, secretaria de la Junta de Acción Comunal del corregimiento de El Salado, dio a conocer que su rostro es uno de los que aparece en los recientes panfletos que se encuentran regados en la población.
“Tengo temor de volver a presenciar una masacre, he contemplado la posibilidad de abandonar el corregimiento para preservar mi vida, yo ahora sí estoy pensado irme, ya he recibido dos amenazas; la primera junto con mi prima Yirley Velasco y mi hija que en ese momento era menor de edad, nos decían que nos dan 24 horas para salir del territorio, más sin embargo no nos fuimos”, detalló secretaria de la Junta de Acción Comunal.
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Añadió que, “me mandan mensaje desde el teléfono de una sobrina, que dicen que me vaya, porque si no el plomo nos va a alcanzar a uno y a la familia de uno; en este segundo panfleto, se identificaron como Águilas Negras, no sabemos si en realidad son ellos, yo nunca he tenido problemas con ninguno”.
“Yo aquí tengo mi casa, mis animales, tengo un hijo que vive en Barranquilla, él trabaja y paga arriendo, no quiero ser una carga para él, tengo mi empresa de producción de tabaco cubano, si me voy dejo todo esto abandonado, uno no sabe porque razón lo ponen a uno en un panfleto, sentenciándolo a muerte”, sostuvo Lilieth Ester Torres Sáenz.
Puntualizó que, “plata no tengo, no manejo plata, soy secretaria de la junta y los recursos que llegan no lo dan a conocer. Dicen que estamos robando a la comunidad, nosotros estamos peleando para que la comunidad este bien, gestionamos proyectos para que salgan adelante y se los den a las personas que en realidad lo requiera", manifestó la amenazad.
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Darli Rivera, habitante de El Salado, quien también recibió amenazas, añadió que tiene pensado desplazarse de continuar las amenazas, pero piensa en cómo mantener a sus 10 hijos.
“De seguir las amenas me tengo que ir, por eso le pido al gobierno que sea estable la vigilancia, que me ayuden con mi familia; yo no soy líder, no soy nadie y nos amenazaron; tengo 10 hijos y uno de ellos también lo amenazaron; nosotros retornamos en el año 2000, porque fuimos desplazados en medio de la masacre”, sustentó Darli Rivera, quien vive de la agricultura.
RCN RADIO conoció que el líder de 73 años, Lucho Torres, quien también aparece en el panfleto, abandonó la población.
El Contra Almirante Juan Ricardo Roso, comandante de la Fuerza Navan del Caribe, señaló “en este momento no hay intensión de desplazamiento, algunas personas están pensando pasar unos días a otras poblaciones donde tengan familiar, pero lo que quiere la gente es quedarse, por el contrario lo que necesitan es una intervención social para que sus hijos tengan un mejor futuro”.
Puntualizó, “El hecho que una persona viaje de una ciudad a otra ciudad, no quiere decir que es un desplazamiento; ahora me decían que llegó a Cartagena una persona amenazada, a recibir atención médica, eso no es un desplazamiento”.