Lucy: la vendedora del Mercado que debe $40 millones en multas por ocupar espacio público
Lucy tiene 41 años, y los últimos 16 los ha dedicado a ser vendedora informal del Mercado de Bazurto. Ella vive en Bicentenario junto a sus tres hijos de 18, 17 y 15 años de edad y todos los días sale a buscar “el pan de cada día” a su puesto de artesanías, que ubico desde el 2010 en un andén en medio de la plaza mayorista de Cartagena.
Llegó a la ciudad en el año 2001, desplazada por la violencia del sur de Bolívar, más exactamente de Tiquisio. Ella, una mujer orgullosamente campesina, como lo afirma, hoy, 22 años después, se ha convertido en una desplazada pero de las ventas ambulantes, ya que Lucy es una ocupante del espacio público de la ciudad y le debe al distrito más de 40 millones de pesos en multas.
Entre risas, “porque es mejor reírse que llorar”, me dice que le adeuda al distrito unos 42 millones de pesos mal contados. “Ni el chileno que se meo el palito de caucho pago tanta plata. Le cobraron solo 400 mil pesos”, dice Lucy.
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Las multas
Una primera multa se la impusieron por estar defendiendo los derechos de los vendedores ambulantes. Fue en el 2018, por cerca de 31 millones de pesos. “Decidí meterme a defender a una señora que la Policía le estaba quitando sus cosas, una vendedora igual que yo, y se lo que es eso porque yo lo he sufrido”. La multa impuesta fue por impedir un procedimiento policía.
La segunda de las multas se la impusieron por “Uso indebido al espacio público” por 8 millones de pesos y la tercera por “faltarle a la autoridad”, con un valor aproximado a los 4 millones de pesos. Todas por resistirse a los operativos de Espacio Público contra vendedores ambulantes del Mercado de Bazurto.
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La reubicación nunca se dio
La mujer oriunda de Bolívar, trabajaba inicialmente en el popular callejón Icollantas en el Mercado de Bazurto, allí donde el distrito saco a los vendedores para reubicarlos y compensarlos, luego que se “limpiará” la zona para poder adecuar el Solo Bus de Transcaribe.
Junto a ella, 180 vendedores informales quedaron por fuera del censo que fue realizado en el año 2010 por el distrito de Cartagena. Lucy no pudo obtener su confianza legítima, y aunque solicitó la misma, a 12 años de ello, aún debe correr cada vez que ve un Policía por el temor de que se lleve su mercancía, o le pongan otro comparendo.
“Cuando me sacaron del callejón en el 2010, me fui al andén. Puse mis cosas en la calle y decidí poner resistencia, porque de que otra manera conseguía dinero para vivir”, dice la vendedora ambulante.
Rechazo al decreto
Lucy Sosa Ardila, lleva más de una década trabajando en la informalidad del Mercado, junto a ella cientos de personas viven del rebusque de vender el tinto, la yuca, el plátano, la verdura. El desplazado y el nativo isleño, el comerciante de tienda que muchos llaman “paisa”, el que aun vende el carbón y el que descama el pescado. Todos ocupantes ilegales a expensas de un decreto que según ellos mismos, privatizaría el lugar donde por años han estado asentados.
Hoy junto a la vendedora informal que le debe más de 40 millones de pesos al distrito, protestaron en la alcaldía de Cartagena, en rechazo al borrador del decreto de aprovechamiento al espacio público al considerar que se quedaran sin donde trabajar.
Con pancartas y arengas, han pedido al alcalde de Cartagena, William Dau, que los escuche y que los reciba en mesa de concertación, ya que muchos quieren seguir trabajando no solo en el mercado, sino en el Centro Histórico, y otros sectores de la ciudad, donde el decreto tiene efecto.
“Al alcalde le pido que me deje trabajar para pagarle lo que le debo”, dice Lucy, sin embargo lo que más anhela su corazón es que a sus hijos no les toque trabajar en el Mercado de Bazurto. “Quiero que se dediquen a lo que les gusta, que estudien y que puedan trabajar en otro lado que no sea el Mercado, yo no puedo trabajar en el sector público por las multas y tampoco puedo estar en la calle porque no me dejan, sin embargo yo voy a seguir luchando por mi legitima confianza”, dice la vendedora ambulante.