Advierten que en cinco municipios de Bolívar podría aumentar la violencia tras suspensión de diálogos con el ELN

La decisión del presidente Gustavo Petro de suspender el proceso de diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha generado preocupación en varias regiones del país, y particularmente en el Departamento de Bolívar, donde la presencia de este grupo armado ilegal, junto a otras organizaciones, ha sido constante desde hace décadas.

El mandatario, al anunciar la medida, afirmó que “lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo. El ELN no tiene ninguna voluntad de paz”.

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Esta declaración ha puesto sobre la mesa un nuevo panorama de incertidumbre para las zonas más afectadas por la violencia en Bolívar, que podrían experimentar un recrudecimiento de los conflictos armados. A propósito el gobernador Yamil Arana indicó que estos diálogos en lugar de beneficiar a las poblaciones, permitieron el fortalecimiento del grupo criminal. 

"Los diálogos solo han servido para que el ELN se fortalezca, nunca han respetado las mesas. Mientras no exista real voluntad de paz, no se debe conversar con ninguno de estos grupos armados organizados. Esta es la postura correcta, y la que esperábamos desde hace mucho”.

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En entrevista con RCN Radio, el secretario de Seguridad de Bolívar, Manuel Berrío, señaló que esta decisión podría intensificar la situación de violencia en ciertos municipios del sur del departamento.

Según el funcionario, las zonas rurales de municipios como Santa Rosa del Sur, Simití, Morales, Montecristo y Norosí son los más vulnerables, ya que han sido históricamente las territorio de mayor influencia de grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias de las Farc.

“En estas áreas rurales tenemos una fuerte presencia de grupos criminales, especialmente en las zonas mineras, donde el ELN ha logrado aliarse con las disidencias de las Farc para fortalecer su control sobre el territorio. Los enfrentamientos en estas regiones son cada vez más intensos”, explicó Berrío, destacando que la minería ilegal se ha convertido en un motor de financiamiento para estas organizaciones.

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Además, el sur de Bolívar enfrenta una situación geográfica y logística compleja, lo que dificulta el acceso a muchas de sus poblaciones.

Municipios como Cantagallo, que se encuentra a más de 16 horas de viaje desde Cartagena, la capital del departamento, y Arenal del Sur, también se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad debido a su aislamiento y la escasa presencia del Estado en algunas de sus áreas más alejadas.

"Estas zonas rurales son de difícil acceso, y el miedo de los pobladores ante la intensificación de los enfrentamientos podría generar más desplazamientos y confinamientos", agregó el Secretario.

En este contexto, la seguridad en las zonas rurales del sur de Bolívar se convierte en un tema central, no solo para el departamento, sino también para el país en general.

Ante este panorama, las autoridades locales han convocado un consejo de seguridad extraordinario con la presencia de los 46 alcaldes del departamento y las Fuerzas Armadas.

El objetivo es establecer estrategias coordinadas para enfrentar los retos en materia de seguridad en los municipios. “A pesar de la complejidad de la situación, desde la Gobernación de Bolívar trabajaremos de la mano con las alcaldías municipales y las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad de nuestras comunidades. Pero necesitamos el apoyo del Gobierno Nacional para hacer frente a este tema”, señaló Berrío.

Con la intensificación de los enfrentamientos y la posible expansión de la violencia en municipios como Santa Rosa del sur, Simití, Morales, Montecristo y Norosí, las autoridades locales hacen un llamado urgente a la cooperación y el refuerzo de las fuerzas de seguridad, con el fin de evitar que hayan desplazamientos masivos de la población o que la situación en Bolívar empeore.