En medio de una temporada de lluvias que no ha sido suficiente para mitigar los efectos del cambio climático, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM) ha divulgado un listado con los municipios más afectados por el reciente aumento de temperaturas en el país. Este informe destaca cómo diversas regiones colombianas han registrado temperaturas superiores a los 36 grados Celsius, un indicativo de la creciente variabilidad climática y los eventos extremos asociados al calentamiento global.
Entre los municipios más calurosos se encuentran importantes capitales del Caribe colombiano, conocidas tanto por su dinamismo como por su riqueza cultural. Cartagena lidera la lista con una temperatura de 36.5 °C, seguida de Valledupar con 38.1 °C, Riohacha con 37.1 °C, y Cúcuta con 37.8 °C. Estas ciudades no solo enfrentan temperaturas sofocantes, sino que también reflejan la realidad climática de la región Caribe, que suele experimentar calor extremo durante gran parte del año.
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El departamento de La Guajira ha sido particularmente afectado, con Manaure alcanzando los 38.6 °C. Uribia y Urumita también han registrado temperaturas elevadas, con 36.6 °C y 37.8 °C respectivamente. En el departamento de Bolívar, Arjona reportó 36.2 °C, y Cartagena de Indias también se encuentra entre los municipios más calurosos, consolidando su posición en esta lista.
El sur del país no está exento de este fenómeno. Villavieja, en el departamento de Huila, alcanzó los 36.2 °C, mientras que, en Tolima, los municipios de Armero y Guamo reportaron temperaturas de 36.2 °C y 36.6 °C, respectivamente. Este patrón de calor extremo destaca que las altas temperaturas no se limitan al norte del país, sino que también afectan otras regiones, mostrando una amplia extensión del problema.
Curiosamente, el municipio de Tuluá, en el Valle del Cauca, ha registrado un fenómeno climático notable. A pesar de la tendencia general de aumento de temperaturas, Tuluá alcanzó un récord de 21.4 °C, superando sus temperaturas históricas. Este contraste resalta la compleja variabilidad climática que puede influir en áreas que normalmente no experimentan calor extremo.
El IDEAM destaca que estos datos no solo sirven para comprender mejor el comportamiento climático actual, sino también para subrayar la necesidad urgente de implementar estrategias de adaptación. Las altas temperaturas tienen un impacto considerable tanto en la población como en los ecosistemas, lo que subraya la importancia de desarrollar medidas mitigadoras para enfrentar las oleadas de calor.
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La creciente frecuencia e intensidad de estos eventos climáticos extremos ponen de manifiesto la vulnerabilidad del país ante el cambio climático, y la necesidad de una respuesta eficaz para proteger tanto a las comunidades como a sus entornos naturales.