Más de 250 estudiantes de la Comuna 10 de Riohacha reciben clases al lado de un basurero
Los malos olores, roedores, arrojo de desechos y la quema de basuras se han convertido en un desafío ambiental que afrontan alrededor de 250 estudiantes del Centro etnoeducativo No. 15, de la Comuna 10 de Riohacha, donde la zona verde que los rodea es un botadero de basura satélite.
Frente a este panorama, el personal de la institución asegura que se encuentran en completo olvido por parte de las entidades encargadas, que aun conociendo la delicada situación no se pronuncian, ni actúan para brindar soluciones a la problemática de salubridad que ya ha empezado afectar a los estudiantes, quienes expresan que cada vez se hace más difícil el proceso educativo bajo estas condiciones ambientales.
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“Estudiamos rodeados de olores nauseabundos, del humo de los desechos que queman y viendo a nuestro alrededor solo un monte lleno de basura. Así recibimos clases y las raciones alimentarias, que son preparadas en este mismo sitio, es decir no estamos en condiciones dignas para formarnos”, manifestó Yailis Rodríguez, estudiante de séptimo grado.
A esto también se le suma el problema de inseguridad que afecta no solo al personal de la institución, sino a toda la comunidad en general. “El lugar no cuenta con suficiente iluminación por lo que salir o entrar de noche a la zona, es todo un peligro que deben desafiar los residentes aledaños, por lo que, a los estudiantes de la jornada de la tarde, tratamos de enviarlos a sus viviendas antes de que oscurezca por cuestiones de seguridad”, señaló Luis Ángel Pushaina, docente de la institución.