
En los últimos meses, una tendencia ha comenzado a tomar fuerza en redes sociales y en círculos feministas de distintas partes del mundo: las mujeres que deciden lucir su bigote natural con orgullo. Esta práctica, que desafía los estándares tradicionales de belleza femenina, se ha convertido en una forma de protesta contra las normas impuestas sobre el cuerpo de las mujeres y una afirmación de identidad y libertad personal.
Lo que hace unos años habría sido visto como una "descuido" o una "provocación", hoy se está resignificando como un acto político y estético. Influencers, activistas y usuarias comunes de plataformas como Instagram, TikTok y X (antes Twitter) comparten imágenes y videos mostrando sus vellos faciales, acompañadas de mensajes que promueven la autoaceptación, la naturalidad y la ruptura de los estigmas corporales.
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Una nueva forma de rebeldía
La decisión de no depilarse el bigote responde a una crítica directa a la presión estética que recae sobre las mujeres desde temprana edad. En muchas culturas, eliminar el vello facial es visto como una "obligación" para cumplir con los estándares de feminidad, suavidad y perfección. Sin embargo, para muchas jóvenes y adultas, abrazar el bigote es una forma de decir: "mi cuerpo no necesita aprobación".
Esta corriente se suma a otras manifestaciones del body positive, un movimiento que busca que todas las personas puedan sentirse cómodas con su apariencia, sin importar si esta encaja o no con los modelos hegemónicos. La diferencia con otras expresiones es que el bigote femenino no se maquilla, ni se oculta: se exhibe tal cual es, y eso lo convierte en una postura disruptiva.
Referentes que inspiran
Artistas, modelos y creadoras de contenido como Sophia Hadjipanteli, fundadora del movimiento #UnibrowMovement (enfocado en la ceja unida), han abierto la puerta para otras expresiones similares, incluyendo la visibilización del bigote. En Latinoamérica, varias tiktokers han ganado seguidores mostrando su proceso de dejar crecer el vello facial sin vergüenza, y hablando abiertamente sobre el bullying, la inseguridad y la libertad que implica romper con el mandato de la depilación.
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¿Moda pasajera o cambio cultural?
Aunque aún es una tendencia minoritaria, el bigote femenino plantea una conversación importante sobre lo que significa ser mujer en la actualidad. ¿Por qué el vello natural se considera antihigiénico o poco estético en una mujer, pero no en un hombre? ¿Qué tanto de nuestra rutina diaria responde a elecciones personales y qué tanto a la mirada externa?
En tiempos donde la diversidad corporal y la inclusión estética son temas urgentes, el bigote en las mujeres deja de ser tabú y empieza a convertirse en símbolo. No solo de empoderamiento, sino de reivindicación y cuestionamiento profundo al sistema que dicta cómo debemos lucir para ser aceptadas.
Lo que para unas puede ser una moda excéntrica, para otras es una forma de resistencia. Y quizás, también, una oportunidad para redefinir la belleza desde la autenticidad y la libertad.