La muerte sigue disfrazada de balas cobrando vidas en Cartagena, uno de los sucesos del fin de semana que más ha causado dolor en el barrio Olaya Herrera, ha sido el de un joven de apenas 18 años.
Era Francois Ramos Roger, a quien un sicario lo mató pocas horas después de haberse graduado como bachiller, el hecho causó mucha impotencia y a la vez dolor en una familia y vecinos en el sector Ricaurte del callejón Yánez, nadie sabía lo que sucedía.
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Una botella de wisky y una caja de cerveza quedaron esperando de ser ingeridas por motivos de la celebración que llenaba de orgullo a doña Rubelina Roger, la madre de Francois.
En la tarde del sábado 17 de diciembre el muchacho tomó grado de bachiller en el paraninfo de la sede de la Universidad de Cartagena, en Zaragocilla, lo que nunca pensó la madre era que pronto toda esa alegría se convertiría en dolor y una profunda tristeza.
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Cuando el reloj indicaba que eran las 8:30 de la noche llegó la tragedia, un sicario esperó que el joven entrara a una tienda para írsele por detrás y apretar el gatillo de un arma de fuego, una de las balas fue directo a la cabeza.
Hasta el CAP de Olaya fue llevado Ramos Roger pero los médicos en turno no lograron hacer nada por él, los daños causados por las balas fueron muy graves.
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Ahora doña Rubelina Roger lo que quieres es que las autoridades investiguen el porqué asesinaron a su hijo, de quien varios vecinos lo vieron minutos antes de morir con un celular en las manos y chateando con alguien por Whatsapp.