Con la participación de expositores de Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, Atlántico y La Guajira terminó ayer con éxito la XXVI Feria Artesanal y Cultural del Sombrero Vueltiao en Tuchín, evento enfocado a fortalecer la comercialización de esa prenda y de sus productos derivados.
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En esta versión que inició el 3 de enero, los expositores, además de las clasificaciones tradicionales del sombrero vueltiao que están determinadas por el número de vueltas que conforman la estructura del tejido como el quinceano, el 17, 19, 21, 23, 25, 27, 29 y el 31, presentaron los nuevos diseños y tendencias de los otros productos elaborados con caña flecha como bolsos, carteras, pulseras, diademas, vestidos, correas, sandalias y tapetes.
Con el lema “Trenzando identidad para el mundo”, este año, el evento rindió homenaje al artesano Ismael Ramos Atencio, un octogenario indígena zenú, quien aprendió a tejer sombreros viendo a sus abuelos y que, por su trayectoria en la elaboración de artesanías, es un ejemplo para las nuevas generaciones de tejedores.
Igualmente, con los concursos de trenzadores y muestras culturales como la cabalgata infantil de caballos de palos, fue exaltada la creatividad de los de los indígenas que habitan esta calurosa zona del Caribe colombiano desde hace varios siglos.
Desde hace 26 años, la feria se ha convertido en el escenario que reúne a todas las personas que participan en la cadena de producción y comercialización del sombrero vueltiao.
La materia prima de estas artesanías elaboradas por indígenas del Resguardo Zenú ubicado en las sabanas de Córdoba y Sucre, es la caña flecha, una gramínea silvestre de la que extraen la fibra con la que los nativos tejen ingeniosamente el sombrero que es Símbolo Cultural y Patrimonio de la Nación. Esta planta toma ese nombre de la forma de su tallo que, en tiempos pasados lo utilizaban los zenúes para fabricar flechas que usaban en las faenas de pesca y caza de animales.
En Tuchín, el 95% de las familias viven de la elaboración de artesanías, las cuales, por la aceptación que ha tenido el sombrero vueltiao en Colombia y en el exterior, ha aumentado la producción y la diversificación en otros productos artesanales como aretes y collares, que en las últimas décadas tienen una alta demanda en el mercado, pues el color de las figuras geométricas que integran sus tejidos, tiene un atractivo natural.
Además de las muestras artesanales y dancísticas, este año fue extendido el taller artesanal conocido como “Trenzatón”, el cual brindó un espacio donde niñas, niños y adolescentes quienes, con la orientación de experimentados artesanos, durante tres días desarrollaron nuevos aprendizajes en diseños de productos artesanales.
Esta actividad pedagógica enfocada a conservar la tradición ancestral del pueblo zenú que, a través del tiempo, ha tejido su historia de resistencia ante las adversidades y resiliencia frente a los embates del histórico abandono estatal y la violencia. El 80% de la población de Tuchín no tiene servicio de agua potable, ni saneamiento básico.
Igualmente, busca mostrar a los turistas el proceso de fabricación del sombrero y demás artesanías de caña flecha, desde la extracción de la fibra, la fase de tinturado en varios colores mediante vegetales y el tejido.
En medio de la alegría de la feria y el auge comercial del sombrero vueltiao, la elaboración de artesanías en Tuchín y demás poblaciones del resguardo zenú está amenazada por la disminución de la materia prima, la escasez de la caña flecha en esa región de sabanas preocupa a los artesanos.
Según Reinel Mendoza, indígena zenú quien elabora sombreros desde su infancia y ha expuesto las artesanías cordobesas en Estados Unidos y Europa, los artesanos necesitan la ayuda del Estado para conservar el vegetal.
“Necesitamos que el gobierno central, departamental y local intervengan lo más pronto posible para que hagan estudios y nos ayuden con cultivos de caña flecha en nuestro territorio, porque nos estamos quedando sin material para trabajar, cada día se consigue menos la fibra”, explicó.
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Aunque durante los 26 años de la feria, los artesanos han enfrentado dificultades logísticas como realizar las exposiciones en sitios improvisados, porque el municipio no cuenta con un escenario técnicamente adecuado, los comerciantes dicen que el evento es una bendición, pues reactiva la economía en todo el resguardo con el aumento en las ventas de artesanías.
Para el presidente de la junta organizadora, el artesano Marcial Montalvo, la feria es el primer impulso que recibe la economía de esa población al inicio de cada año, pues en las temporadas de vacaciones, a Tuchín llegan turistas de varias regiones de Colombia y de otros países atraídos por el sombrero, lo que hace notorio el repunte del comercio en ese pintoresco municipio de 6 mil habitantes y epicentro del Resguardo Zenú.