Se fue el dueño de la Hamaca Grande, pero su legado permanecerá más allá de la eternidad: Homenaje a Adolfo Pacheco

"La única condición que puso Alfredo Gutiérrez era la de  tocar al lado de Adolfo Pacheco, porque su gran anhelo era hacerle un homenaje en su tierra, a ese Gran Juglar" … Fue lo primero que recordó Galo Viana, un hijo de San Jacinto y del Viejo Toño, quien para su cumpleaños número 100 le había pedido que  le hiciera  una parranda con Alfredo Gutiérrez, meses más tarde, después de aquella histórica fiesta el Papá de los Viana Muñoz,  murió sin haber llegado a su Centenario, pero con la alegría que te da   ser campesino,  hecho a pulso con los productos del campo en los  montes de María y haber  visto  tocar la Hamaca Grande en el acordeón de Alfredo Gutiérrez y el canto del compositor de esa legendaria canción, Adolfo Pacheco.

"Mi papá se nos fue 3 meses antes de cumplir sus cien años, pero antes de eso vio a dos grandes de nuestro folclor … y fue el periodista Fausto Pérez Villarreal quien nos hizo el contacto con el Maestro Alfredo, así se dieron las cosas para que mi viejo se gozara lo que pocos pudieron, por eso siempre he dicho:  “Hay que vivir el presente, hacer las cosas cuando nos toca, actuar en el momento justo y adecuado”, porque de lo contrario mi padre se hubiese ido con esa ilusión y no me lo hubiese perdonado" señala Galo Viana, Gerente General de Mutual Ser.
 

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Pero la historia de Nicolás Pareja, Director del Diario el Universal se remonta a los años 80 cuando apenas tenía 15 años, Nicolás le cantó sin saber al mismísimo Adolfo Pacheco.

"Tenía una novia, quien después fue una gran amiga, que desafortunadamente falleció, pero que recuerdo con mucho cariño y que en ese momento en los  amoríos de juventud me llevó a San Jacinto a conocer la que podría ser mi familia. Queriéndole demostrar a los suyos que yo si era el "Pollo" (el indicado) me dijo que cantara algo y yo sin pensarlo a ritmo de acordeón pedí nada más y nada menos que la Hamaca Grande (La misma que pidió el viejo Toño Viana a su hijo Galo) realmente no sabía en que me estaba metiendo".

Recuerda Nicolás entre risas que puso el mejor tono y en medio de los asistentes agarró fuerzas y al estilo de los más grandes parranderos emprendió lo que terminaría en algo que jamás se imaginó.

"Cuando terminé de cantar, mi suegro orgulloso de su yerno, le preguntó al cantante del grupo vallenato, que cómo le había parecido y el hombre respondió, DE LAS MEJORES INTERPRETACIONES QUE HE ESCUCHADO, TE VOY A DAR UNOS CONCEJOS MUCHACHO después de eso me emocioné y me sentía el Rey de la fiesta y me atreví a preguntarle al acordeonero por mi actuación y este, sin contemplación alguna me dijo, que por primera vez había tocado la Hamaca Grande a ritmo de salsa (risas) ".

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Una de las buenas cosas de esta historia es que ese hombre duro y hasta sin sentimientos que le bajó todas las emociones a ese joven soñador era conocido como "El Rey de la Cumbia" el inolvidable Andrés Landero.

Pero lo que realmente retumba en la mente y hasta en los oídos como si acabara de pasar,  del hoy Director del diario “El Universal” fue lo que le dijo "Pacheco", Sí, Adolfo Pacheco Anillo, el compositor de aquella emblemática canción, que a pesar de ver una de sus más importantes obras vallenatas convertida en salsa (dicho por Landero) le dijo a Pareja Bermúdez que su interpretación había sido todo un éxito. "Esa fue una experiencia hermosa con el maestro Pacheco, que me vio cantar y que me hizo creer que yo la había cantado muy bien, quien con una humildad pasmosa demostró  la gran persona que era" recordó Nicolás Pareja.

Iván Sanes, Director de Icultur no se ahorró nada al momento de entregar una opinión sobre el maestro Adolfo Pacheco:  "Es un ser extraordinario, maravilloso, sincero humilde, un hombre con una sabiduría profunda, por eso creo que toda Colombia lamenta su partida"

Con voz entrecortada Iván Sanes expresó su lamento ante la partida de Pacheco y fue claro en decir que su cercanía con el juglar era muy profunda, porque lo consideraba su amigo.

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"La música de Adolfo Pacheco hay que ponerla a sonar, que la gente la escuche, la disfrute, es que el maestro es el Escalona Nuestro" puntualizó el director de Icultur.

Adolfo Pacheco dejó uno de los más grandes legados en la música nuestra con más de 300 canciones, La Hamaca Grande, El Mochuelo, El Viejo Miguel, El Cordobés, Mercedes y pare de contar.

Ahora desde el cielo, entonando su canto y alegrando a todos los que lo acompañan en la eternidad, este Juglar, quien murió a los 82 años después de un accidente cerca de Calamar, quedará en el recuerdo de todos los amantes de la música vallenata, dejando grandes enseñanzas desde sus épocas de niñez en su natal San Jacinto hasta el último día de su muerte.

Paz en su tumba " Maestro de Maestros".