Más de 150 adultos mayores en estado de vulnerabilidad y abandono recibirán atención integral
Los hogares geriátricos: Dones de Misericordia; ubicado en Turbaco, Refugio La Milagrosa, del barrio Zaragocilla y San Pedro Claver, en el corregimiento de Bayunca, fueron los hogares habilitados y que cumplieron con las especificaciones técnicas relacionadas con la infraestructura física del alojamiento para una población de adultos mayores y que cuentan con cocinas, dormitorios, saneamiento básico, servicios sanitarios, entre otros.
Así mismo los lugares disponibles cuentan con la calidad de recursos humanos, como médicos, enfermeras, nutricionistas, psicólogos, entre otros profesionales capacitados para la atención y demás servicios necesarios, para la atención integral al adulto mayor.
“Estamos trabajando desde ya para la apertura de un cuarto hogar geriátrico como servicio a todos estos adultos y adultas mayores, que día a día nos remiten las entidades de salud o que se encuentran en abandono y que gracias a los recursos bien ejecutados de la estampilla años dorados, hoy reciben el mejor de los servicios”: indicó Armando Córdoba, Secretario de Participación.
Por su parte Luis Enrique Roa, Secretario General del Distrito, manifestó “firmamos un convenio muy importante para seguir dando continuidad a todos los servicios de los Hogares Geriátricos para los adultos mayores que se encontraban en abandono. Hemos dispuesto todo nuestro equipo técnico, administrativo y financiero para generar la asistencia integral para todos los abuelitos que se encuentren en vulnerabilidad”.
Así pues más de 150 adultos mayores distribuidos en estos tres hogares geriátricos, podrán recibir la atención en áreas que normalmente no han sido como el área psicosocial, médica y geriátrica, nutricional, terapéutico, recreativo y pedagógico, de alojamiento y uso del tiempo libre.
Para la habilitación de estos hogares geriátricos la Secretaría de Participación invirtió más de $1.500 millones de pesos recaudados de la Estampilla Años Dorados, y mediante la cual se financia la Política Pública de Envejecimiento y Vejez, estipulada para contratar servicios geriátricos de alta calidad para los adultos mayores.