A solo 45 metros de su cierre definitivo se encuentra el boquete Caregato, según quedó evidenciado tras un recorrido por la zona en San Jacinto del Cauca, Bolívar. A pesar de las declaraciones del director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Carlos Carrillo, quien había asegurado que los trabajos en el sector debían suspenderse hasta el próximo año debido al alto nivel del río, el consorcio RCG continúa avanzando en las obras.
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El recorrido, realizado con la presencia de medios de comunicación, fue aprovechado por el consorcio RCG para catalogar como una mala interpretación la decisión del director de suspender la obra. Germán Serrano, gerente técnico de la obra, afirmó que los trabajos han avanzado un 55%, a pesar de que el gobierno solo ha entregado 25,000 millones de pesos. Según Serrano, al boquete solo le faltan 45 metros para ser cerrado. “Desconozco de pronto puede ser una mala interpretación de algo, pero en ningún momento se ha manifestado de qué se va a suspender el cierre del boquete”.
Mientras la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y el consorcio RCG debaten la continuidad de las obras, la situación más crítica la viven los afectados por las inundaciones en los municipios de la región. Las vías de acceso están ocupadas con cambuches y miles de cabezas de ganado que están siendo evacuadas en busca de tierra seca. En esta región, la inundación ha dejado muy poco margen de acción para una población que depende de la agricultura. Los días de los habitantes pasan entre tambos o estructuras de madera que levantan dentro de sus viviendas para mantenerse secos.
“Esto es una odisea vivir en el agua es una odisea porque prácticamente no estamos acostumbrados a esta próspera y rica de la Mojana mejor de Colombia porque de aquí se vive de la agricultura la ganadería y de muchos cultivos más”, expresó Nicolás Espinosa, damnificado.
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La comunidad espera que las autoridades lleguen a un acuerdo pronto y se logre el cierre definitivo del boquete, para evitar mayores daños y permitir la recuperación de sus tierras y vidas. “De la obra nosotros continuamos trabajando y seguimos ampliando seguimos reforzando y seguimos haciendo los rellenos de protección que son supremamente importantes”, aseguró Nelson Martínez, director de interventoría.
Por lo pronto, en La Mojana abunda el agua, escasea la comida, proliferan las enfermedades y reina la incertidumbre.