“Aún no logro digerir esta noticia”, con esta frase nos contestó el profesor Alex De Alba, ex director de la ligas menores del Junior de Barranquilla, donde jugó Jhosimar Jair Pallares Ojeda, de 28 años, una de las dos víctimas mortales del barrio Siape, en la localidad Riomar, y donde seis personas más terminaron heridas, al consultarle sobre la instancia de este arquero en el equipo.
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En medio de la entrevista que nos permitió hacerle aseguró que Jossimar era una persona muy disciplinada y sobretodo apasionada por el fútbol lo que lo llevó en el año 2014 a entrenar con la liga mayor del Junior de Barranquilla.
“Era un arquero con 1.90 de estatura y con unas características muy especiales. Muchas veces lo enviamos a que entrenara con el equipo profesional del Junior codeándose con Viera y todos esos arqueros que en su momento estaban ahí. Me acuerdo que también estuvo en unos micro ciclos de la Selección Colombia”, dijo De Alba.
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De igual manera, sostuvo que por información de varios colegas han conocido que al salir de estos equipos se dedicó a jugar partidos barriales y le pagaban.
“Suele pasar que cuando ellos no están en el fútbol de alta competencia, se van a jugar los campeonatos barriales a cambio de uno que otro dinero que reciben. Lo hacen buscando un recurso para poder subsistir y llevar sustento a sus familias”, agregó.
El entonces el director deportivo recordó que sus compañeros “le llamaban jirafa” porque estaba muy delgado, pero asegura que en el Junior mejoró su estado físico y fue uno de los más destacados arqueros.
Ataque criminal
Y es que este lunes festivo se encontraban varias personas departiendo al frente de la cancha de fútbol de barrio Siape, pues, según testigos, ya se había terminado un campeonato que estaban realizando, cuando de repente llegaron sicarios con lo que sería un mini uzi disparando indiscriminadamente contra los presentes.
En esa incursión sicarial, murieron Jhosimar Jair Pallares Ojeda, de 28 años, y Reinaldo Martínez Perea, de 30. También, otras seis personas terminaron lesionadas por lo que las trasladaron a centros asistenciales cercanos.
La Policía junto con la Alcaldía de Barranquilla, ofrecieron una recompensa de hasta $50 millones por los responsables.