De empeladas domesticas a diseñadoras. En el corregimiento La Playa, mujeres se empoderan con máquinas de coser
En medio de hilos, agujas, telas, moldes y máquinas de coser, más de 20 mujeres en el corregimiento La Playa, en Barranquilla, descubrieron que cuando se tienen ganas de salir adelante todo es posible.
Con ganas de aprender pusieron en marcha el taller "Semilla de Mostaza", donde llevan más de 15 años pasando de confeccionar muñecas a prendas de alta costura, descubriendo que a través de una máquina de coser pueden ser transformadas.
“Creemos que las mujeres pueden ser transformadas y cuando encuentran su valor pueden sacar lo mejor de sí mismas, por eso aquí les ayudamos a salir adelante con un trabajo que las dignifique”, indicó Johana Araujo Duarte, líder del proyecto.
Para estas mujeres de etnias indígenas, desplazadas, víctimas de violencia y madres cabezas de hogar, quienes pasaron de trabajar en casas de familia a crear las mejores prendas para tiendas en el exterior, el orgullo más grande es hoy ser llamadas diseñadoras.
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“Es un orgullo escuchar que somos diseñadoras, ver cuando alguien luce una prenda que hicimos con nuestras manos y saber que a través de esta labor estamos aportando al sustento de nuestro hogar”, expresaron las diseñadoras.
Pero sin duda la más orgullosa es doña Carmen Pabón quien a sus 85 años y sin tener un solo estudio en diseño, lleva más de una década enseñándole a este grupo de luchadoras a crear magia con sus máquinas. “Me siento feliz de saber que a pesar de ser una mujer escasa de entendimiento he podido enseñar a las mujeres de este taller, que llegaron con un propósito de Dios a quien le pido que sigamos creciendo y podamos continuar instruyendo a más mujeres”, dijo doña Carmen.
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Seguras y empoderadas invitan a otras mujeres a creer en su potencial, porque saben que a este género nada le queda grande.
“Nunca digamos que no podemos, porque la mujer hoy en día tiene la capacidad de crear, innovar y salir adelante, si queremos lo hacemos, porque ya no lloramos, ahora facturamos”, manifestaron y es que sin duda las mujeres en este corregimiento no solo facturan, también sueñan y crean historia con sus manos, porque cada prenda de vestir que sale de este taller es una semilla de lucha y empoderamiento femenino.