
¿Vive lejos de su trabajo? Puede sufrir de estrés, sedentarismo y sueño deficiente
Vivir lejos del lugar de trabajo y enfrentar largos desplazamientos diarios puede tener repercusiones significativas en la salud física y mental de los trabajadores. Diversos estudios han analizado cómo estos trayectos prolongados afectan el bienestar general, revelando una serie de consecuencias negativas.
Impacto en la salud física
Investigaciones han demostrado que los desplazamientos extensos están asociados con problemas de salud como el sobrepeso y enfermedades cardiovasculares. Un estudio sueco encontró que recorrer más de 3 kilómetros diariamente para llegar al trabajo se relaciona con un aumento en el índice de masa corporal y una mayor probabilidad de padecer hipertensión arterial.
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Efectos en la salud mental
Los trayectos prolongados también influyen negativamente en la salud mental. Un estudio de la Universidad de Waterloo descubrió que un tiempo de viaje más largo está relacionado con una menor satisfacción con la vida. Además, la congestión del tráfico y los problemas en el transporte público generan fatiga física y mental, afectando el rendimiento y la calidad de vida de los trabajadores.
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Calidad del sueño y actividad física
Los largos tiempos de traslado están relacionados con una peor calidad del sueño; las personas que duermen menos de seis horas por noche tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes y enfermedades cardiovasculares. Además, los desplazamientos prolongados reducen el tiempo disponible para la actividad física, lo que contribuye al sedentarismo y sus efectos negativos asociados.
Recomendaciones para mitigar los efectos negativos
Para reducir el impacto de los largos desplazamientos en la salud, se sugieren las siguientes estrategias:
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Teletrabajo y horarios flexibles: Implementar modalidades de trabajo remoto o ajustar los horarios laborales puede disminuir la frecuencia y duración de los desplazamientos.
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Transporte activo: Optar por caminar o andar en bicicleta, aunque sea en parte del trayecto, puede mejorar la salud cardiovascular y mental. Un estudio de la Universidad de Glasgow mostró que los ciclistas y peatones presentan menores tasas de mortalidad y enfermedades como problemas cardiovasculares y cáncer.
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Uso de transporte público eficiente: Utilizar sistemas de transporte público rápidos y confiables puede reducir el estrés asociado con la conducción en tráfico denso.
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Carpooling o uso compartido de vehículos: Compartir el viaje con colegas o vecinos disminuye la cantidad de vehículos en la carretera y puede hacer que el trayecto sea más ameno.
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Relajación durante el viaje: Aprovechar el tiempo de desplazamiento para escuchar música, podcasts o practicar técnicas de relajación puede ayudar a reducir el estrés.
Además, es fundamental que las empresas y autoridades locales trabajen en conjunto para mejorar las infraestructuras de transporte y promover políticas que favorezcan una movilidad más saludable y sostenible.