Papa Francisco amplía la responsabilidad penal por abusos sexuales a los laicos
El Vaticano publicó este sábado una modificación del derecho canónico sobre la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia y amplió la responsabilidad penal a los laicos que dirigen asociaciones reconocidas por la Santa Sede.
En un "motu proprio" --una carta emitida directamente por el papa que modifica la legislación interna de la iglesia universal (el derecho canónico)-- publicada en mayo de 2019, Francisco hizo obligatorio que los religiosos señalaran a su jerarquía cualquier sospecha de abuso sexual. Esa ley fue una de las propuestas del pontífice para erradicar la plaga de los abusos en el seno de la Iglesia, después celebrar una histórica reunión con los representantes de todas las conferencias episcopales.
El texto titulado "Ustedes son la luz del mundo", también obligaba a informar de todo intento de la jerarquía católica, de encubrir los abusos sexuales cometidos por un sacerdote o un religioso. Su versión enmendada y oficialmente promulgada este sábado, que entrará en vigor el 30 de abril, confirma y refuerza las disposiciones anunciadas en 2019.
El "motu proprio" dispone que los religiosos (obispos, sacerdotes, clérigos) son responsables de actos cometidos en las instituciones de las que están a cargo y que "los fieles laicos que son o hayan sido moderadores de asociaciones internacionales de fieles reconocidas o erigidas por la Sede Apostólica" también lo son.
El texto de 2019 hacía especial hincapié en "los menores" y los adultos "vulnerables" y advertía que estaba prohibido producir, poseer o compartir "material de pornografía infantil". La versión de 2023 amplía la definición de víctimas y reprime cualquier acto de agresión cometido contra "un menor o con una persona que tenga habitualmente un uso imperfecto de la razón, o con un adulto vulnerable".
El texto papal insta a todas las diócesis del mundo a crear un sistema que permita a cualquier persona señalar casos de abusos y detalla el procedimiento de las investigaciones internas en el Vaticano para un posible juicio. Hasta el texto de 2019, los sacerdotes, religiosos y religiosas denunciaban los casos únicamente según su consciencia. Pese a ese cambio, el secreto de confesión sigue siendo inamovible: un sacerdote sigue sin poder informar de los hechos que un fiel le ha contado en el confesionario.