Lo que debes saber del 20 de julio de 1810 en Colombia y por qué se conmemora
Esta semana es atípica para muchos trabajadores en Colombia por cuenta del festivo a mitad de semana debido a la conmemoración del 20 de julio. Desde el colegio, a millones de colombianos nos enseñaron en la clase de historia que el 20 de julio de 1810 nos independizamos del Reino de España luego de una discordia generada por un florero de propiedad de un español de apellido Llorente, quien groseramente y con desprecio se negó a prestarlo a los criollos.
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¿Qué pasó el 20 de julio de 1810?
Efectivamente, esta fecha uno de los grandes protagonistas fue el famoso y recordado "Florero de Llorente". En la mañana del viernes 20 de julio de 1810, en la Plaza Mayor de Santafé. Criollos y españoles convergen en el centro de la ciudad, durante el tradicional día de mercado.
Señal Memoria recopila lo que pasó ese día. En la esquina de la Calle Real, sobre la 11 de la mañana, el almacén del comerciante español, José González Llorente, abre sus puertas desde muy temprano, como de costumbre. Diademas, tejidos, sombreros, juegos de vajilla y floreros se exhiben en sus lujosas vitrinas.
Españoles y criollos se reúnen en el lugar para adquirir exclusivos objetos europeos y solicitar préstamos, como el del particular florero causante de la discordia.
Llorente, también esposo de la criolla, María Dolores Ponce, es el centro de atención de algunas de las conversaciones, preocupándose por mantener relaciones cercanas con ambas caras de la sociedad santafereña.
El criollo, don Luis De Rubio, interrumpió una de las tantas conversaciones del popular comerciante para pedirle prestado un florero en calidad de préstamo, para un banquete de bienvenida del Comisionado Regio, Antonio Villavicencio, al que los españoles no están invitados.
Llorente cuestiona no haber recibido la invitación de los criollos. La conversación se acalora cuando el comerciante se niega a prestar el florero argumentando que el artículo está maltratado debido a los recientes préstamos.
En la tienda también se encuentra Antonio Morales y su hermano, también criollos. Entre tanto, el director del observatorio astronómico, Francisco José de Caldas, pasa por el frente del establecimiento e interviene en la conversación, juzgando duramente al español.
Ante los cuestionamientos, el comerciante asegura que desprecia "a Villavicencio y a todos los criollos". Los allí presentes empiezan a vociferar en la Plaza Mayor que Llorente está lanzando improperios a don Luis de Rubio y a los criollos; al tiempo que los agitadores, entre los que se encuentra José María Carbonell, desatan la rabia del pueblo que cansado de la represión española clama por su emancipación que terminó en el histórico día de la independencia.
¡Queremos Junta! ¡Viva el Cabildo! ¡Abajo el mal gobierno!, se escuchaba ese día en las calles de Santafé. Atemorizado, Llorente se refugia en la casa del español, Lorenzo Marroquín; mientras el pueblo arde en llamas y el Virrey, incrédulo, ve cómo los americanos se toman la Plaza Mayor.
Liderados por José Acevedo y Gómez, José María Carbonell y Camilo Torres, logran convocar a un cabildo abierto, cuyo fin es lograr que los cabildantes tengan el poder de elegir a sus gobernantes y crear una Junta Suprema de Gobierno.
El Virrey, aterrorizado, concede un cabildo extraordinario y ante su negativa de gobernar, es el criollo, José Miguel Pey, quien toma su lugar.
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Por estos hechos, que fue el primer paso para la independencia definitiva de Colombia, es que cada año, desde el gobierno del general Rojas Pinilla, los colombianos, y en particular los bogotanos, han sido testigos del gran desfile militar que celebra la independencia.
*Con información de Señal Memoria