Hinchas de Junior de Barranquilla
Hinchas de Junior de Barranquilla.
Colprensa
27 Ago 2024 03:18 PM

Junior, aún distante del gusto de la hinchada

Ángel Julio
Rodelo
Tras conseguir el título en el segundo semestre del 2023, no ha podido mantener una consistencia futbolística: ni convincente ni ganadora.

Todavía resonando la dolorosa eliminación de la Copa Conmebol Libertadores a manos de Colo Colo, de Chile, Junior debía sacudirse rápidamente de ese golpe bajo. Y estaba obligado a hacerlo ante Deportes Tolima, un rival estimulado por las dos victorias conseguidas en sus recientes salidas en Liga Betplay.

El reto para El Tiburón tenía sus complejidades: demostrar que era capaz de asimilar el haber quedado apeado de la Copa, superar las críticas y asumir el protagonismo que se espera de una plantilla de primer nivel, pero que, tras conseguir el título en el segundo semestre del 2023, no ha podido mantener una consistencia futbolística: ni convincente ni ganadora.

Para este duelo, como se esperaba, Arturo Reyes movió la alineación, dejó como alternativas a Chará y  Cantillo, y le dio cabida a los centrocampistas Andrés Colorado y Yani Quintero; fijando dentro de los once a Didier Moreno, una de las piezas clave del andamiaje y la funcionalidad (defensiva y ofensiva) de la escuadra barranquillera.

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En algunos trazos de la primera parte el equipo Rojiblanco lució desacomodado y desorganizado en posiciones defensivas. Estas inconsistencias fueron aprovechadas por el elenco local que generó acercamientos peligrosos y profundos, en donde Mele tuvo que intervenir para sortear las dificultades y mantener cerrado su arco.

Al pasar de los minutos las cosas cambiaron, Didier Moreno le dio dimensión y orden al juego y fue el encargado de anotar el gol que produjo un triunfo balsámico y que puede incentivar y propulsar la confianza grupal, pensando en la agenda de partidos que se avecinan.

El triunfo del conjunto visitante, al final de cuentas, fue trabajado y luchado. Basado en la efectividad, pero sin expresar un pleno dominio sobre el rival. Sin avasallar ni generar un alto volumen de llegadas, o ataques mano a mano; pero validado con base en la concentración y la solidaridad colectiva a lo largo del compromiso. Lo cual, por supuesto,  también tiene su mérito.

Por ahora, para Arturo Reyes y sus jugadores, el resultado les permite respirar un aire menos tóxico y brinda un poco de tranquilidad para implementar las mejoras que permita ver un juego más compacto y armonioso, que sea más agradable para la retina de la exigente hinchada caribeña. Esa también es una asignatura por cumplir.

 

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