Barcelona y Nápoles firmaron las tablas en el Camp Nou en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League en un partido que por ritmo, intensidad y nivel de juego de ambos equipos fue más parecido a una eliminatoria de la Liga de Campeones.
El equipo azulgrana -sin puntería en los últimos minutos del encuentro- y el napolitano -maduro con el balón- se jugarán el pase a los octavos de final en el estadio Diego Armando Maradona después de que Piotr Zielinski abriera el marcador en el primer tiempo y Ferran Torres, de penalti, lo igualara en el segundo.
Por primera vez en diecisiete años el Barcelona no disputaba una eliminatoria de la máxima competición europea. No sonó el himno de la ‘Champions’ ni voleó la estrella en el centro del césped antes del pitido inicial. Ingredientes impropios de una gran noche europea. Sin embargo, en el césped y en las gradas -73.525 espectadores con ganas de animar- sí se vio un duelo de alto nivel.
Y eso que Xavi prefirió dejar en el banquillo a dos titulares com ‘Gavi’ y Busquets. Pese a ello, el conjunto azulgrana no renunció a plantear una presión voraz, que los italianos sortearon sin miedo, mimando el balón con la clase de Fabián.
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Con Aubameyang, que estrenó la titularidad, estirando la presión y Nico González, robando balones en la zona de tres cuartos, llegaron las primeras ocasiones en el cuadro local.
Más vigilado estuvo Adama Traoré. Spalletti dio entrada al central Juan Jesús para frenar las internadas del extremo español y activó un dos contra uno muy efectivo.
Gozó de las primeras ocasiones el Barça a botas de Ferran Torres, Pedri y Nico. Ninguna encontró la red, ya fuera por los disparos desviados de los jugadores o la intervención de Meret, muy seguro bajo palos.
Le faltaba luz al Barcelona en los últimos metros, todo lo contrario que el Nápoles, que demostró por qué es uno de los candidatos de levantar el ’Scudetto’.
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La fiabilidad de Fabián en la medular, la madurez de Insigne en la delantera y la velocidad de Osimhen arriba ponía en apuros el impetú local.
Fue precisamente el delantero nigeriano, que fue duda hasta última hora por molestias en la rodilla, el que avisó con una transición rápida que Ter Stegen salvó con los pies.
Amenzaba el Barça a trompicones y en estas Aubameyang sirvió un balón franco en la frontal para Ferran Torres, que antes de conectar el disparo se resbaló y envió el esférico por encima de la portería.
Del 1-0 se pasó al 0-1 (min.29). En la siguiente jugada, Elmas se inventó un quiebro en la banda derecha, esperó la llegada de Piotr Zielinski que impacto raso con la diestra. Rechazó con los pies Ter Stegen que en el segundo disparo del centrocampista polaco no pudo hacer nada para evitar el gol.
Se avanzaba el Nápoles, que dejaba en evidencia la poca fiabilidad defensiva de un Barça que, pese al mazazo, pisó el área de su rival antes del descanso.
Salió el Barcelona del vestuario con las mismas instrucciones que en el primer tiempo: intensidad en la presión para generar peligro en las pérdidas del Nápoles.
En estas, les costaba más a los visitantes salir con el balón dominado, lo que permitió al Barcelona alejar el peligro de la portería de Marc-André ter Stegen.
Pese a las imprecisiones en la medular, los locales encerraban a su rival. Pedri manejaba la sala de máquinas y Adama amenazaba en la derecha. En un centro del extremo español, Juan Jesús rozó el balón con la mano y el VAR avisó al árbitro rumano Istvan Kovacs de la infracción. No lo dudó y señaló el punto de penalti. Ferran, muy impreciso en ataque, asumió la responsabilidad y batió con clase a Meret (1-1, min.58).
El gol animó a Xavi a realizar un triple cambio. Dio entrada de una tacada a Busquets, ‘Gavi’ y Dembélé, muy silbado por el público del Camp Nou después del pulso entre el club y el jugador en el mercado de invierno.
El Barcelona siguió remando buscando la victoria, mientras que el Nápoles, algo fatigado, lo apostó todo a alguna carrera aislada de Osimhen o Mertens, que sustituyó al nigeriano.
El carrusel de cambios de Spalletti, que se vio obligado a cambiar al mediocentro Anguissa por lesión, desordenó a su equipo, que vivió los últimos minutos sacando agua del barco.
Las internadas de Dembélé revolucionaron el ataque azulgrana, pero ni Ferran Torres, en dos ocasiones, ni Luuk de Jong, con una chilena vistosa, deshicieron el nudo. Mertens, en los últimos minutos, también tuvo la victoria con un disparo franco que Ter Stegen atrapó sin problemas.
Mereció más el Barça de Xavi, que en el Diego Armando Maradona deberá buscar la victoria si quiere estar en los octavos de final de la segunda competición continental.
Le faltaba luz al Barcelona en los últimos metros, todo lo contrario que el Nápoles, que demostró por qué es uno de los candidatos de levantar el ’Scudetto’.
La fiabilidad de Fabián en la medular, la madurez de Insigne en la delantera y la velocidad de Osimhen arriba ponía en apuros el impetú local.
Fue precisamente el delantero nigeriano, que fue duda hasta última hora por molestias en la rodilla, el que avisó con una transición rápida que Ter Stegen salvó con los pies.
Amenzaba el Barça a trompicones y en estas Aubameyang sirvió un balón franco en la frontal para Ferran Torres, que antes de conectar el disparo se resbaló y envió el esférico por encima de la portería.
Del 1-0 se pasó al 0-1 (min.29). En la siguiente jugada, Elmas se inventó un quiebro en la banda derecha, esperó la llegada de Piotr Zielinski que impacto raso con la diestra. Rechazó con los pies Ter Stegen que en el segundo disparo del centrocampista polaco no pudo hacer nada para evitar el gol.
Se avanzaba el Nápoles, que dejaba en evidencia la poca fiabilidad defensiva de un Barça que, pese al mazazo, pisó el área de su rival antes del descanso.
Salió el Barcelona del vestuario con las mismas instrucciones que en el primer tiempo: intensidad en la presión para generar peligro en las pérdidas del Nápoles.
En estas, les costaba más a los visitantes salir con el balón dominado, lo que permitió al Barcelona alejar el peligro de la portería de Marc-André ter Stegen.
Pese a las imprecisiones en la medular, los locales encerraban a su rival. Pedri manejaba la sala de máquinas y Adama amenazaba en la derecha. En un centro del extremo español, Juan Jesús rozó el balón con la mano y el VAR avisó al árbitro rumano Istvan Kovacs de la infracción. No lo dudó y señaló el punto de penalti. Ferran, muy impreciso en ataque, asumió la responsabilidad y batió con clase a Meret (1-1, min.58).
El gol animó a Xavi a realizar un triple cambio. Dio entrada de una tacada a Busquets, ‘Gavi’ y Dembélé, muy silbado por el público del Camp Nou después del pulso entre el club y el jugador en el mercado de invierno.
El Barcelona siguió remando buscando la victoria, mientras que el Nápoles, algo fatigado, lo apostó todo a alguna carrera aislada de Osimhen o Mertens, que sustituyó al nigeriano.
El carrusel de cambios de Spalletti, que se vio obligado a cambiar al mediocentro Anguissa por lesión, desordenó a su equipo, que vivió los últimos minutos sacando agua del barco.
Las internadas de Dembélé revolucionaron el ataque azulgrana, pero ni Ferran Torres, en dos ocasiones, ni Luuk de Jong, con una chilena vistosa, deshicieron el nudo. Mertens, en los últimos minutos, también tuvo la victoria con un disparo franco que Ter Stegen atrapó sin problemas.
Mereció más el Barça de Xavi, que en el Diego Armando Maradona deberá buscar la victoria si quiere estar en los octavos de final de la segunda competición continental.