Mientras luchaba contra el Covid-19, interna de la cárcel de Cartagena se graduó como bachiller
En medio de la crisis generada por el Covid-19 en Cartagena, un grupo de mujeres privadas de la libertad, que en principio no sabían leer ni es escribir, hoy están logrando el proceso de resocialización, terminando sus estudios.
En esta oportunidad, una reclusa ganó por partida doble, luchó contra el virus del Covid-19 mientras buscaba obtener el título de bachiller antes de terminar el año.
“Como parte del programa de resocialización de la cárcel de Mujeres y ejecución de un convenio con el colegio Valores Unidos, 18 mujeres continuaron sus estudios y una, a la que le dio COVID-19, logró alcanzar su título de bachiller, pese a las molestias causadas por la enfermedad”, expresó Mercedes García, directora de la cárcel.
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Agregó: “Una mujer que pese haber tenido Covid no bajó la guardia, ni se desmotivó, y por el contrario continúo estudiando, y ese esfuerzo sí que valió la pena, porque es la única que se graduó de bachiller y que ahora le apuesta a continuar su proceso formativo profesional una vez salga el penal, a través de una beca”.
“Implicaba motivarla para que estuviera en las clases, conectarla en internet, que hiciera las tareas y las entregara”, dijo.
Explicó que, muchas veces hubo fallas con el internet, sin embargo, se usaban otras alternativas, como por ejemplo, el internet de los dispositivos móviles de algunos empleados de la cárcel, quienes también hicieron parte del proceso de formación.
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Como resultado del convenio con el colegio Valores Unidos, cinco mujeres pasan del ciclo 1 al 2, que significa que cursaron los primeros grados de primaria y pasan a los últimos cursos de educación básica; cuatro pasan al bachillerato, porque terminan su ciclo 2 y pasan al ciclo 3; 8 que terminan el ciclo 3 y 4, y pasan al último, es decir, a once grado.
“La actividad estratégica comenzó bien, pero llegó la pandemia y lo cambió todo, la forma de recibir las clases y la organización de las internas para conectarse; para este trabajo se necesitaban mayores esfuerzos de la administración de la cárcel y de las beneficiarias del programa, porque la motivación era diferente por las medidas de autocuidado y la conectividad”, precisó la directora de la cárcel distrital.
Resaltó que, fue un proceso difícil teniendo en cuenta que se suspendieron las clases por el Covid-19, “sin embargo, llegamos hasta este punto; la educación es el medio para transformar las historias de vida de estas mujeres”.