La inesperada muerte de Daniel José Osorno Márquez, alias ‘Pupileto’, acontecida en la penitenciaría de El Bosque de Barranquilla, deja un manto de incertidumbre sobre las razones que posiblemente habrían llevado al joven de 22 años a atentar en contra de su vida.
Según se conoció, el interno habría manifestado sentirse mal y en cierta medida, bajo persecución en el pabellón en donde se encontraba, por circunstancias que se desconocen.
Orlando Cuello Bermúdez, abogado contractual, compartió aspectos de los últimos días del recluso.
“Él me llama y me dice que está aburrido, que se va a volver loco, porque tenía una cierta persecución dentro del penal. En esta situación, aparte de los problemas personales y psicológicos que se le estaban infundiendo a él, por motivo de la separación de los padres”, indicó el jurista.
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El litigante cree que, ante esta situación manifiesta y ante la sospecha que se tenía de un supuesto plan de fuga, el penal debía garantizar la seguridad de alias ‘Pupileto’.
“Debió haber sido más rígida su seguridad, debió haber sido más vigilado, por la situación que él estaba presentando, primeramente, por la fuga que él quería realizar y segundo, por los problemas psicológicos por los que estaba atravesando”, agregó el abogado.
Osorno Márquez, no solo dejó atrás un extenso prontuario de delitos que acumuló en su corta existencia, sino la incertidumbre sobre el inexplicable origen de su accionar que lo hizo tristemente célebre en Barranquilla.
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‘Pupileto’, quien fue capturado en más de diez oportunidades, mostraba en redes sociales el producto de sus actividades al margen de la ley, presentando como trofeos los artículos y elementos que hurtaba en residencias de Barranquilla.
El psicólogo, Gustavo Osorio Vizcaíno, experto en trastornos afectivos y de la adolescencia, compartió una aproximación desde la academia para entender la personalidad del presunto suicida y su clara tendencia a mostrarse en público.
“Muestra unas marcadas características de personalidad histriónica, necesidad de figurar, necesidad de aprobación, necesidad de ser visto y al mismo tiempo características de comportamiento por fuera de la ley”, explicó el psicólogo clínico.
Osorno Márquez, quién fue condenado en marzo del presente año a 48 meses de prisión por el delito de hurto calificado y agravado, había sido confirmado como positivo para COVID-19, por lo cual las directivas del centro de reclusión, tomaron la determinación de aislarlo del resto de reclusos.