Integrante de la Mesa de Víctimas en el Atlántico, en desacuerdo con libertad concedida a Mancuso
Como una "cachetada a la dignidad de las víctimas del conflicto armado y de Mancuso ", calificó, desde su punto de vista, Laura Mesa, coordinadora de la Mesa de Víctimas en el Atlántico, la libertad de cuatro años, otorgada a Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, por parte de la Jueza de Ejecución de Sentencias de Justicia y Paz.
Mesa señaló que hay personas que no han tenido un reconocimiento por parte Estado y otras no han obtenido la verdad.
"Si esta persona tuviese toda la voluntad de decir todas esas cosas que, aún le falta por decir, no estaría exigiendo más de lo que merece que es estar, pagando por las penas y todos los delitos que cometió porque al fin de cuentas, aún le debe mucho a Colombia y a la justicia de este país. Aunque si bien yo estoy particularmente de acuerdo con que venga al país y bajo esa condición pueda hablar, pueda contar lo que falta por contar y pueda cerrar ese ciclo en tantas víctimas que, aún no lo han logrado cerrar; tampoco estoy de acuerdo con que se vuelva en un motivo para exigir más en lo que tiene derecho", aseguró.
Aseguró que, esta determinación podría generar inseguridad para él, y también podría llevar a que no se sepa la verdad.
"Lo que podría terminar en que nadie se enterara en la verdad porque el conflicto armado en el país está complicado. Hay zonas del país en las que hoy están en conflicto y que el quede libre, puede abrir la puerta de que sus víctimas no se enteren de la verdad", aclaró.
Mancuso estuvo en prisión en Estado Unidos durante 16 años, cuando un grupo de altos exjefes militares de las AUC, fueron extraditados a Estados Unidos el 13 de mayo de 2008 en aviones de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), con la autorización de Uribe.
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En 2009, un año después de la extradición, Mancuso se declaró culpable de los cargos de narcotráfico que le imputaba EE.UU. y en 2015 fue sentenciado a 15 años y 10 meses de cárcel.
Sin embargo, ha estado presente en diversas audiencias dentro del proceso de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde ha proporcionado información crucial sobre el papel de las AUC como intermediarias entre el aparato militar y el paramilitarismo en diversos.
Con su libertad y con su designación como gestor de paz, muchas de las víctimas del actuar paramilitar, esperan que hable y pueda contar la verdad.
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